13 de octubre de 2025
Los rehenes argentinos Ariel y David Cunio llamaron a su madre, Silvia: “Al principio rechacé la llamada porque no sabía que eran ellos”

La videollamada sorprendió a todos porque cuando se comunicaron aún estaban en cautiverio de Hamas, en Gaza
En ese primer intercambio, Silvia pudo percibir el estado de ánimo y salud de Ariel y David. Aunque no logró verlos completamente, transmitió tranquilidad sobre su situación: “Yo los vi bien, pero no lo vi físicamente todo, pero ellos dijeron que estaban bien”. Ante la pregunta sobre su fortaleza física, Silvia respondió con alivio: “Sí, sí, sí, sí. No sé, porque no los vi caminando, pero están paraditos y hablando conmigo y hablando con todos”, agregó aun con mucho nerviosismo pero también con una felicidad desbordante.
Ruthy Cunio, tía de los rehenes liberados, también habló de la inesperada llamada. “Estamos muy bien, muy contentos, esperando, esperando”, contó y agregó que Esther, la abuela de la familia que también estuvo a punto de ser secuestrada ese día pero Ariel y David fueron liberados en el segundo grupo de este lunes, cuando Hamas entregó a los últimos 13 rehenes con vida que tenía en su poder. Con su regreso, el grupo terrorista ya no tiene secuestrados vivos en Gaza. Aun resta que se concrete el regreso de los cuerpos, unos 28, que aún permanecen en la Franja.
Silvia y su esposo permanecieron encerrados durante siete horas en una habitación-refugio, mientras afuera se escuchaban disparos y los atacantes intentaban entrar. Cuatro veces trataron de forzar la entrada al cuarto donde la pareja se resguardaba. Mientras tanto, otras casas del kibutz sufrían incendios o destrozos. Aunque la vivienda de Silvia no fue incendiada, sus hijos sí enfrentaron una decisión límite: quedarse y arriesgarse a morir por asfixia junto con sus seres queridos, o salir y exponerse a los atacantes.
La comunicación se interrumpía constantemente, pero por los mensajes cruzados, Silvia supo que parte de su familia estaba en peligro inminente. Al menos dos de sus seres queridos —Eitan y David, mellizos— estaban ahogándose a causa del encierro. Silvia no recuerda con claridad en qué momento supo que dos de sus cuatro hijos, dos nueras y dos nietas habían sido secuestrados y tomados como rehenes por Hamas. Lo que sí recuerda es la desesperación, las llamadas incesantes a conocidos en un intento por localizar a sus familiares y obtener noticias de su paradero.Hoy, 738 días después, volvieron.