16 de mayo de 2024
Un joven argentino murió combatiendo en Gaza: tenía 20 años y pertenecía a las Fuerzas de Defensa de Israel
El gran rabino de AMIA Eliahu Hamra confirmó la triste noticia a través de un tuit. Se llamaba Ilán Cohen, pertenecía al batallón 202 y falleció durante un enfrentamiento bélico al norte de la Franja de Gaza
El asesinato de un rehén argentino
Días atrás la Embajada de Israel en Argentina había anunciado que otro argentino falleció en el marco del ataque de Hamas a Israel. Se trata de Lior Rudaeff, de 61 años, del Kibutz Nir Yitzchak, quien fue asesinado el 7 de octubre, y su cuerpo había sido retenido en la Franja de Gaza. Estaba casado con Yaffa, con quien tuvo cuatro hijos: Noam, Nadav, Bar y Ben. El resto de la familia de Lior logró llegar a los refugios, estuvieron allí durante 48 horas, y fueron rescatados por miembros del Ejército israelí.
Lior nació en Argentina y se mudó a Israel con su familia a los 7 años, instalándose en el kibutz Nir Yitzchak, donde trabajó en agricultura, luego como camionero, y más adelante como médico y conductor de la ambulancia de su comunidad. “Rudaeff, un hombre generoso y de gran corazón para todos los que lo rodean, se ofreció como voluntario durante 40 años como conductor de ambulancia en Eshkol -cerca de la frontera con Gaza-; en todas partes, siempre fue el primero en ofrecerse como voluntario y ayudar a todos. Argentino de corazón, un ávido ciclista y admirador de Shlomo Artzi”, aseguraron en un comunicado del Foro de Familias Rehenes.
Micaela Rudaeff, prima de Lior, estaba por asistir a un acto en el Congreso argentino cuando supo del asesinato, y envío un mensaje contundente acerca de la desesperante y angustiante situación que están pasando todos los familiares que esperan novedades. “Sus anteojos fueron encontrados con sangre. Hace 214 días que Lior está muerto. Es difícil entender lo que estamos viviendo las familias de los secuestrados. Todos los secuestrados tienen que volver a sus casas ya, sanos, salvos y vivos. Lior no va a volver vivo”, decía el mensaje de Micaela, que se leyó durante el acto en el Palacio Legislativo.