Lunes 16 de Septiembre de 2024

12 de agosto de 2024

Cinco razones para entender por qué el COVID todavía es una amenaza para la salud global

El virus respiratorio SARS-CoV-2 aún causa miles de muertes en todo el mundo, mientras el hemisferio norte registra un fuerte aumento de casos. El cardiólogo Eric Topol y el epidemiólogo Ziyad Al-Aly, reconocidos investigadores globales sobre la pandemia, refuerzan la importancia de la vacunación. Por qué la vacuna argentina ARVAC es una herramienta fundamental ante las nuevas variantes

>La enorme mayoría de víctimas actuales del Los Para sumar perspectivas, la semana pasada, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que las infecciones por COVID-19 están en aumento a nivel mundial, incluso esto se evidenció en los Juegos Olímpicos de París, donde al menos 40 atletas dieron positivo.

El cardiólogo y genetista Topol consideró que Estados Unidos enfrenta una ola importante de contagios con un estimado de 900.000 nuevas infecciones por día, según surge del análisis de aguas residuales: “La pendiente ascendente de los niveles de SARS-CoV-2 sigue siendo pronunciada, por lo que aún no hemos alcanzado la meseta”.

Muchos expertos que ocuparon puestos de decisión en lo peor de la pandemia coinciden con Topol: “Si solo hablamos de infecciones, es probable que esta acabe convirtiéndose en la ola de verano más grande que hayamos tenido”, declaró hace pocos días el doctor Ashish Jha, director de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown y ex coordinador de respuesta al COVID-19 de la Casa Blanca.

Ante este panorama internacional, queda claro por qué la infección por SARS-CoV-2 hoy es una amenaza para la salud pública.

La OMS advirtió esta semana que, en medio de la ola de nuevos contagios durante el verano en el hemisferio norte, es poco probable que los casos disminuyan en el corto plazo, y es posible que pronto aparezcan variantes más virulentas o contagiosas.

Ante este escenario, las bajas tasas de vacunación, aún con vacunas disponibles en todos los países, preocupa a las autoridades sanitarias: “Con una cobertura tan baja y una circulación tan grande, si apareciera una variante que fuera más grave, la susceptibilidad de las poblaciones en riesgo a desarrollar una enfermedad grave sería enorme”, advirtió la doctora Van Kerkhove.

En mayo de 2024, se publicó el De la investigación participaron dos expertos que son referentes globales en infectología. El cardiólogo y genetista “La infección por coronavirus 2 causante del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) produce efectos a largo plazo en la salud de casi todos los sistemas orgánicos”, dijeron los autores en el documento. Los investigadores remarcaron la persistencia de los riesgos asociados con el COVID-19, especialmente para aquellos que han requerido hospitalización durante la fase aguda de la enfermedad.

En Argentina, durante el año 2023, la mortalidad por COVID-19 superó significativamente a la causada por el virus de la influenza. Según los datos que surgen de los boletines epidemiológicos del Ministerio de Salud de la Nación, el número de fallecidos por COVID-19 fue cinco veces mayor que el de gripe.

Un dato clave que reflejan las cifras es que el 89% de las personas que murieron tras la infección por SARS-CoV-2 no había recibido la vacuna de refuerzo recomendada. Este dato subraya la importancia de la vacunación continua y las dosis de refuerzo para reducir la mortalidad asociada al virus.

Durante este mismo periodo, se notificaron casi 60.000 casos de neumonía en el país, y más de la mitad de las hospitalizaciones de adultos por infecciones respiratorias agudas fueron causadas por el SARS-CoV-2, lo que revela que sigue siendo el principal agente responsable de hospitalizaciones por infecciones respiratorias en personas adultas.

Un aspecto crucial y poco discutido del COVID-19 son las reinfecciones. El Su investigación demostró que las reinfecciones sintomáticas por SARS-CoV-2 aumentan el riesgo de secuelas graves, hospitalizaciones y mortalidad. El estudio incluyó una cohorte de individuos con una sola infección, múltiples reinfecciones y un grupo de control que nunca cursó la enfermedad respiratoria.

Además, volver a cursar la infección se asoció con un aumento en el riesgo de trastornos pulmonares, cardiovasculares, hematológicos, diabetes, gastrointestinales, renales, de salud mental, musculo-esqueléticos y neurológicos.

A diferencia de la gripe, la repetición de la enfermedad por COVID-19 se relaciona con un mayor riesgo de mortalidad, hospitalización y secuelas en múltiples órganos, según muestra la evidencia. Cada vez que una persona vuelve a cursar la infección, se incrementa el riesgo de desarrollar diabetes, problemas de salud mental, insuficiencia renal, complicaciones pulmonares y gastrointestinales, así como de sufrir hospitalizaciones y muerte.

“El intenso esfuerzo científico que desencadenó el Se estima que al menos el 11% de las personas que contraen COVID-19, independientemente de si fueron hospitalizadas o no, desarrollan COVID prolongado. Contrario a una creencia difundida, la mayoría de los casos de COVID prolongado se manifiestan después de infecciones leves o asintomáticas. Entre los afectados, el 26% experimenta dificultades en sus actividades cotidianas, como dificultad para concentrarse, falta de aire al hacer ejercicio o problemas para dormir.

La mejor manera de prevenir el COVID prolongado es evitar contraer el virus. En los casos en que se contrae la infección por SARS-CoV-2, la vacunación previa reduce el riesgo de desarrollar COVID prolongado.

Las vacunas son la gran herramienta de la ciencia para protegerse ante las enfermedades inmunoprevenibles y la ciencia argentina tiene motivos para celebrar y sentirse orgullosa.

Como viene contando La vacuna En diálogo con Infobae, Jorge Cassará, el director del Laboratorio Cassará, productor de ARVAC, señaló: “Desde su lanzamiento hace apenas dos meses hoy la nueva vacuna ARVAC contra COVID se está convirtiendo en la más prescripta por los médicos, probablemente por la confianza que genera su tecnología tradicional utilizada desde hace más de 30 años para vacunar contra la hepatitis B a niños recién nacidos”.

“Son pocos los países que pueden diseñar, desarrollar y producir vacunas innovadoras. Este es un hito de un proyecto interdisciplinario de más de 20 instituciones públicas y privadas, y constituye un ejemplo de lo que se puede lograr en Argentina cuando se trabaja en equipo”, describió entusiasmado Cassará.

En efecto, en su última charla acompañado por la Fundación Vacunar en el Hospital Federico Falcón, de la localidad bonaerense Del Viso, se vacunaron el 90% de los médicos presentes. “Es una satisfacción pero al mismo tiempo una preocupación, ya que si casi todos los médicos deciden aplicarse ARVAC implica que ni ellos mismos tenían la dosis anual de refuerzo recomendada”, agregó el doctor Gómez, quien participó de más de 20 charlas en diferentes hospitales y destacó que la recepción por parte de los médicos es muy buena.

En Argentina, las directrices del Ministerio de Salud de la Nación para la aplicación de lasEn personas con alto riesgo de enfermedad grave por COVID-19, como personas de 50 años o mayores, embarazadas, y aquellos con inmunocompromiso, se sugiere una dosis de refuerzo cada seis meses.

Para aquellos con riesgo bajo de enfermedad grave, es decir, personas entre 6 meses y 49 años sin comorbilidades, la dosis de refuerzo se administra cada doce meses desde la última dosis aplicada. Las vacunas contra el COVID pueden administrarse junto con otras vacunas del calendario nacional.

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