28 de enero de 2025
Baja de retenciones: cuál es la letra chica de las condiciones para acceder al beneficio

Los plazos de liquidación y el traslado efectivo del beneficio a los productores siembran interrogantes respecto al alcance de la medida. Las expectativas están puestas en la reglamentación
De todos modos, en el sector esperan la reglamentación del decreto 38/2025. “El diablo se esconde en los detalles”, aseguran.
David Miazzo, economista especializado en el área agrícola, ganadero y agroindustrial; dijo en ese sentido: “El exportador tiene la obligación de liquidar cuando declara que va a exportar pero recibe el cobro por la mercadería vendida al exterior cuando se realiza el embarque. Puede ser dentro de 8 meses, por ejemplo. Por ello, es necesario asumir el costo financiero, además de los operativos”, aclaró.
“No es el normal funcionamiento del mercado de granos y puede limitar de alguna manera la transferencia de la baja de retenciones al precio del productor. El Gobierno tomó la medida por una cuestión 100% cambiaria”, señaló.En tanto, la consultora Econviews consideró en un informe: “Si los productores deciden vender masivamente la cosecha antes del 30 de junio puede haber un efecto ‘puerta 12′, en el que caiga el precio local de la soja, haciendo que la baja de retenciones beneficie a las empresas exportadoras sin implicar una mejora real para los productores”.
Desde Outlier destacaron que el impacto resulta acotado y sostuvieron: “Es una baja parcial y temporaria, que dado lo último no afecta las decisiones de siembra de la próxima campaña. En el caso de la soja, las estimaciones más optimistas, pues consideran un traslado lineal de la baja al precio local que cobra el productor, rondan los USD 20/26 dólares por tonelada. Eso se traduce en unos USD 80 dólares por hectárea, que es un número bastante parecido a la pérdida aproximada que se calculaba en la zona núcleo para campo arrendado”.Por otro lado, la reducción de retenciones puede generar un aumento en los precios internos de los alimentos e interrumpir la desaceleración inflacionaria. Los productos afectados, detalla Outlier, pueden ser pan, aceites y harinas. No obstante, eso se verá en los próximos meses.
La decisión se toma en medio de la crisis que enfrenta el agro en la previa de la cosecha gruesa. El combo luce explosivo: apreciación cambiaria, altos costos de insumos, caída de precios internacionales y una sequía que hizo que la rentabilidad llegue a cero o sea incluso negativa para muchos productores.Para peor, tras la devaluación de la moneda brasileña, el tipo de cambio real con Brasil, principal socio comercial, se ubicó al cierre de 2024 en valores mínimos de 9 años, según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Esto perjudica no solo la posición vendedora de Argentina en el país vecino, sino que también competidora en productos tales como harina de soja.
En este marco, el Gobierno utilizó el espacio fiscal obtenido el año pasado para recortar dicho tributo. Por un lado, responde a los reclamos del campo y por otro, promueve la liquidación de divisas en el mercado de cambios oficial.Por otra parte, “el trade-off entre mayor liquidación de divisas y costo fiscal de la medida (aproximadamente 0,14% del PIB) se da en medio de un desafiante panorama para las cuentas públicas, que ya no contarán con el Impuesto PAIS y los ingresos extraordinarios obtenidos durante el año previo. En este sentido, será crucial que la recuperación de la actividad se torne más robusta y permita recuperar fuentes de ingresos asociadas”, aseguró la consultora.
Mientras tanto, “habrá que seguir esperando las lluvias. Si el tiempo no acompaña, cualquier medida se va a quedar corta y la estabilidad del programa económico va a estar en jaque. Las proyecciones de cosecha de soja y maíz ya ajustaron a la baja y va a ser clave lo que pase en los próximos dos meses”, concluye Econviews.