25 de febrero de 2025
El Gobierno avanza en la designación de los jueces de la Corte Suprema por decreto

Javier Milei tiene tiempo hasta el sábado para nombrar a Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla en comisión, con el Congreso en receso. El cambio de postura y el antecedente de Macri en 2015
Fue, por caso, la resolución a la que apeló el ex presidente Mauricio Macri cuando designó en comisión a Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti a solo cuatro días de asumir la Presidencia, el 14 de diciembre del 2014, mediante el decreto 83, 72 horas después de que se hiciera efectiva la renuncia de Carlos Fayt al máximo tribunal, que sumada a la de Raúl Zaffaroni de un año antes había dejado a la Corte con Ricardo Lorenzetti, Juan Carlos Maqueda y Elena Highton de Nolasco como sus únicos miembros.
La Libertad Avanza eligió primero el camino inverso -el consultor Santiago Caputo fomentó y trajinó el plan-, pero hasta el momento no tuvo éxito: intentó durante un semestre reunir los dos tercios necesarios del Senado para aprobar los pliegos de ambos postulantes, en particular el de Lijo, que reunió un amplio consenso de buena parte de los gobernadores. Ahora, Milei y los colaboradores que trabajaron en el tema se convencieron de que las negociaciones con el PJ y, en especial, con el kirchnerismo no llegaban a buen puerto. Y que este año, con elecciones de por medio, tampoco pareciera ser el momento propicio para avanzar en la Cámara alta.
Ayer, sin ir más lejos, el jefe de la bancada del peronismo en el Senado, Hasta la semana pasada, sin embargo, en el Gobierno todavía dejaban una luz de optimismo en que el pliego de Lijo podía obtener luz verde del Senado. No así el del académico García-Mansilla, que ni siquiera tuvo dictamen de comisión y por el que, a pesar de la afinidad ideológica, la Casa Rosada trabajó con escasísima motivación para reunir el consenso parlamentario.
En el caso de Lijo, varios gobernadores peronistas, con Gerardo Zamora a la cabeza, le hicieron saber a Cristina Kirchner que veían con muy buenos ojos la designación del juez.
Para la Casa Rosada, las señales enviadas por el PRO tampoco fueron homogéneas. Porque mientras el gobernador Ignacio Torres, de Chubut, avisó que avalaría el pliego, y su colega Rogelio Frigerio se mantuvo prescindente en la esfera pública, Macri sí presionó en el bloque para rechazar al magistrado. Incluso llamó a alguno de esos gobernadores para intentar meter presión. En el caso de Torres, no tuvo éxito. La misma decisión tomó, de manera sorpresiva, Horacio Rodríguez Larreta, que todavía tiene muchísima injerencia sobre Guadalupe Tagliaferri.