Viernes 11 de Julio de 2025

10 de julio de 2025

Cómo es el árbol de olivo más longevo del mundo que todavía da aceitunas con 4.000 años de antigüedad

En la isla de Creta, un árbol desafía el paso de los siglos y sigue produciendo frutos, convirtiéndose en símbolo de resiliencia y fuente de inspiración para la ciencia y la cultura

>Ubicado en la localidad de Ano Vouves, en El olivo de Vouves pertenece a la especie Olea europaea L., una de las principales especies que han acompañado a las civilizaciones del Mediterráneo durante milenios. Su establecimiento en Creta no es casual; la isla fue uno de los principales centros de domesticación del olivo durante el tercer milenio antes de nuestra era, época en la que florecía la civilización minoica. De acuerdo con MuyInteresante, este árbol podría haber presenciado acontecimientos históricos tan remotos como la construcción del palacio de Cnosos, las invasiones micénicas y la romanización de la isla.

En cuanto a dimensiones físicas, el olivo de Vouves presenta un tronco con 4,6 metros de diámetro y un perímetro de 12,5 metros. Su morfología es retorcida y parcialmente hueca, marcada por siglos de erosión, actividad biológica y podas ancestrales. La copa se mantiene en excelente estado, con brotes verdes que surgen anualmente, lo que demuestra su vigor biológico. MuyInteresante indicó que el árbol corresponde a la variedad tsounati, reconocida por su resistencia y adaptabilidad.

La confirmación científica de la edad del olivo de Vouves ha representado un gran reto. La desaparición del núcleo del tronco, común en olivos muy antiguos como consecuencia de la descomposición de las partes centrales, impidió emplear métodos tradicionales de datación. Frente a este desafío, el equipo encabezado por el profesor Mihalis Avramakis, de la Universidad de Creta, optó por una estrategia mixta, combinando técnicas no destructivas y análisis de laboratorio.

Según detalló MuyInteresante, los científicos utilizaron imágenes por tomografía computarizada para revisar la estructura interna del tronco. También realizaron cortes en ramas secundarias, aplicaron técnicas de dendrocronología para analizar los anillos visibles y efectuaron estudios histológicos de hojas y tallos, pruebas de germinación y evaluaciones anatómicas para determinar la vitalidad del árbol. Este enfoque permitió sortear la ausencia del núcleo y obtener una estimación precisa sobre la edad del ejemplar.

El estudio, publicado en 2021 en la revista Plants, representa la primera investigación científica sistemática dedicada exclusivamente al olivo de Vouves. Tras analizar las zonas más jóvenes del tronco y correlacionarlas con los anillos visibles, la estimación de edad resultó cercana a 4.000 años. Otras fuentes, como Olearum, mencionan que los anillos de crecimiento indican una edad mínima de 2.000 años, aunque la mayoría de los expertos coincide en que la cifra más aceptada ronda los 4.000 años, respaldada por la metodología utilizada por la Universidad de Creta.

Los resultados del equipo dirigido por Avramakis desafiaron ideas previas sobre longevidad vegetal. El olivo de Vouves ha sobrevivido y mantiene una vitalidad similar a ejemplares mucho más jóvenes. Las muestras foliares analizadas exhibieron características anatómicas normales, con epidermis, estomas y tejidos típicos de árboles en pleno desarrollo.

La morfología del tronco ha variado a lo largo del tiempo. Las formas actuales, retorcidas y con oquedades, son consecuencia de erosión, actividad biológica y podas antiguas. Estas transformaciones han facilitado la renovación de los tejidos y la capacidad estructural del árbol para adaptarse a condiciones cambiantes. El estudio concluyó que la edad avanzada no implica deterioro funcional en los olivos; el ejemplar de Vouves demuestra la resiliencia y la adaptabilidad de la especie.

El olivo de Vouves evidencia las condiciones que favorecen la longevidad y la producción continuada de aceitunas en esta especie. Entre los factores clave para el desarrollo óptimo de un olivo, destaca el clima mediterráneo, caracterizado por inviernos suaves y veranos calurosos y secos. Las tierras bien drenadas, ricas en cal, así como la exposición continuada al sol, resultan esenciales para la salud del árbol.

La poda periódica, el manejo adecuado del riego y el respeto al ciclo natural del árbol nutren su vigor y prolongan su vida útil.

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