17 de noviembre de 2025
El desafío de las pymes: recuperar ventas y acceder a financiamiento a tasas más bajas

Economistas y referentes del sector empresario advierten que a pesar de la caída de la inflación y cierta estabilidad cambiaria, las pequeñas y mdianas empresas enfrentan un mercado deprimido, altos costos y escaso acceso al crédito
Entre los sectores más afectados sobresale el vitivinícola. “Asesoro a bodegas y están con una inflación de costos en dólares muy importante, con una disminución del precio internacional del vino”, explica. La caída del consumo interno agrava el cuadro y el sector externo tampoco acompaña. Algo similar ocurre con el algodón y con las hortalizas, actividades que “están complicadas” por problemas de exportación y por altos costos.
El economista Nicolás Aroma apunta a otro elemento central del escenario pyme: la falta de demanda. “Lo que se necesita para aumentar el nivel de actividad es tonificar el consumo. Algunos niveles de demanda han quedado muy rezagados y sin eso esa pata no se va a poder solucionar”, afirmó.Los Para Aroma, la estabilidad financiera posterior a las elecciones le abre al Gobierno la posibilidad de enfocarse en las pyme, que arrastran “flujos de caja muy perjudicados en el último año y medio”. Sin embargo, advierte que la recuperación no será inmediata. Martín Kalos, economista de EPyCA Consultores, analiza la relación entre competitividad y tipo de cambio. Su diagnóstico es contundente: la pérdida de ventas es hoy más determinante que cualquier baja de impuestos. “Por más que bajes impuestos o retenciones o que desregules algunas cuestiones, el impacto de todo eso es relativamente bajo en comparación con lo que realmente les importa a las empresas, que es que no venden”, afirma.Según Kalos, muchas firmas dejaron de exportar en los últimos 15 años y no volverán a hacerlo solo por un cambio impositivo. “Para ganar mercados externos se necesita una macroeconomía estable y un tipo de cambio competitivo. Y ese es precisamente el factor bajo tensión. El nivel de competitividad es muy justo y para peor, con la promesa de Esa expectativa se refuerza con la política de bandas cambiarias. “Cuando dice que El mercado interno, mientras tanto, tampoco da señales de recuperación. “Los ingresos familiares han caído y aumentó la parte de esos ingresos que se destina a servicios públicos”, detalla. La combinación de salarios rezagados, deudas acumuladas y tarifas más altas limita la capacidad de compra.A esto se suma otra presión: la competencia de importados, que afecta especialmente a las economías regionales. Según Kalos, esa situación genera “problemas de competitividad espuria” por la entrada de productos más baratos o con menores controles, lo que deja a muchas pyme en desventaja. “La inversión no repunta porque las empresas están produciendo al 50%, 60% o 70% de su capacidad. Lo que hace falta son expectativas de ventas y ese es el gran punto”, resume.Desde el sector industrial pyme, Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), coincide en que la estabilidad cambiaria e inflacionaria redujo la incertidumbre, pero no activó la recuperación. “El mercado está más tranquilo en el sentido de que no está el fantasma inflacionario”, señala. Sin embargo, aclara Rosato que “post elecciones se frenaron las ventas y no hay señales de que vayan a recuperarse en el corto plazo”.La baja de tasas de interés ayudó parcialmente, pero no reactivó el crédito productivo. “Fue muy importante, pero no significa que las empresas hayan salido a tomar crédito. Las firmas tratan de mantener cierta austeridad”, dijo el dirigente fabril. Sí se movió el segmento de cheques y giros, pero la actividad no cambió de tendencia.En el interior del país, especialmente en el norte, “sigue todo muy tranquilo”. La única señal más concreta de dinamismo aparece en el petróleo. “Se estima que recién en enero o febrero va a haber una reactivación fuerte, pero solo en el sector petrolero”, afirmo Rosato. También menciona que el software es de los pocos rubros con repunte.La industria manufacturera, en cambio, permanece en niveles “muy bajos”. Frente a ese escenario, muchas empresas están bajando precios para sostener volumen. “Las empresas no quieren perder espacio y están yendo a pérdida. Es mejor eso y no frenar”, explicó Daniel Rosato.Sobre el impacto del “Para algunas actividades, como la automotriz, el golpe podría ser significativo porque compiten con productos estadounidenses con costos más bajos”, estimó Rosato.Ante este escenario, el pequeño industrial insiste en que la estructura impositiva es determinante. “Si no se bajan los Ingresos Brutos, el Impuesto al Cheque y si no se toman medidas para bajar los costos laborales, la industria no va a crecer”, advierte. En ese sentido, propone la creación de un régimen específico: “Planteamos un RIPI, que sea lo mismo que el RIGI, pero para las pyme industriales”.Las pyme llegan al final del año con una combinación de oportunidades acotadas, desafíos urgentes y un horizonte que todavía no despeja las dudas centrales: el nivel de actividad, el tipo de cambio y el financiamiento.
La expectativa de nuevas medidas para aliviar impuestos, mejorar la competitividad y fortalecer la demanda convive con el temor a que la apreciación cambiaria, la competencia importada y la falta de crédito profundicen las dificultades. En ese equilibrio inestable se juega “lo que viene para las pyme” en la economía que arranca: un escenario donde la resistencia, más que la expansión, sigue siendo el punto de partida.



