Lunes 18 de Agosto de 2025

6 de febrero de 2025

Apartaron a uno de los fiscales de la causa por el crimen de Andrés “Pillín” Bracamonte

Se trata de Alejandro Ferlazzo, quien fue el primer fiscal en intervenir en el caso. Según alegaron, los cambios se deben a una “reorganización interna”

>A meses delSe trata de Alejandro Ferlazzo, de la Unidad de Homicidios, que se encontraba de turno en la noche del 9 de noviembre, día del crimen. Ferlazzo trabajaba junto a los fiscales Georgina Parrilla y Luis Schiappa Pietra, que se incorporaron al poco tiempo.

De acuerdo con la información a la que pudo acceder el medio local La Capital, la decisión estuvo a cargo del fiscal regional de Rosario, Matías Merlo, y los motivos estarían relacionados con una reorganización interna del trabajo de la Unidad de Homicidios.

Una de las últimas actualizaciones en el expediente se produjo a principios del mes pasado, cuando imputaron a una nueva persona en el marco de la investigación. La acusación fue contra Marcelo Martínez, que está señalado de haber robado la riñonera de Attardo de la camioneta en la que se desplazaban las víctimas al momento de la balacera. La riñonera que contenía el teléfono del “Rana”, varias cadenas de oro y las llaves de su vivienda.

El hombre declaró ante el juez Carlos Leiva y agregó que posteriormente se la entregó a una sospechosa –también relacionada con la barra–, a quien individualizó como Leila N, hija de Julio César Navarro, conocido como “Cara de goma”. Navarro, asesinado a tiros en Rosario en 2016, era considerado por los investigadores policiales como la mano derecha de “Pillín” y solía acompañarlo al paraavalancha en cada partido.

Tras finalizar la acusación, la fiscal Georgina Pairola ordenó a la Policía de Investigaciones allanar la vivienda de Leila Edith Estefanía N. (34) en el barrio Lomas de Alberdi. En el lugar, los agentes encontraron una riñonera que podría pertenecer a Attardo, aunque no hallaron el Xiaomi Redmi Note S9 de la víctima, considerado una prueba clave para el avance de la causa.

Durante el operativo, también se incautaron un revólver calibre 32, una pistola calibre .380 con tres cargadores, municiones de distintos calibres (.380, 22 y 32), cinco teléfonos celulares, dinero en efectivo y documentación relevante para la investigación.

El ataque que terminó con la muerte de Bracamonte y Attardo ocurrió la noche del sábado 9 de noviembre, en las inmediaciones del estadio Gigante de Arroyito, mientras numerosos hinchas salían tras el partido entre Rosario Central y San Lorenzo. Los dos barras se desplazaban en una Chevrolet S10 blanca cuando fueron interceptados en la intersección de Avellaneda e Ibarlucea por agresores a pie, quienes les dispararon a corta distancia.

Tres semanas antes de ser asesinado, Bracamonte había declarado en una entrevista: “Si me matan, la ciudad se incendia”.

Días después, se conocieron los primeros resultados de las autopsias. Fuentes judiciales indicaron: “Creemos que se acercaron por la ventanilla y los remataron”. Un detalle llamativo fue la distribución de los disparos: diez proyectiles impactaron en el tórax, los brazos y las piernas, pero ninguno en la cabeza, a pesar de la corta distancia de los agresores.

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