Viernes 26 de Diciembre de 2025

26 de diciembre de 2025

Las mujeres detectan mejor los signos de enfermedad en los rostros que los hombres

Un estudio realizado en la Universidad de Miami, Estados Unidos, reveló que tienen una mayor sensibilidad para identificar señales faciales de malestar. Cómo podría influir en estrategias de prevención

>Investigadoras de la Universidad de Miami, en los Estados Unidos, comprobaron que las La diferencia observada resultó pequeña, pero estadísticamente relevante y consistente a lo largo de todo el experimento, según el estudio que publicaron en Este hallazgo reveló que la sensibilidad femenina ante las señales faciales de enfermedad puede tener implicancias importantes para el cuidado, la prevención y la vida en comunidad.

Después de analizar las calificaciones de los participantes, las investigadoras encontraron que su hipótesis era correcta: las mujeres, en promedio, eran más sensibles a los signos de enfermedad en los rostros.

Las autoras del trabajo fueron Tiffany Leung y Elizabeth Simpson, del Departamento de Psicología de la Universidad de Miami.

La investigación surgió por las limitaciones de estudios anteriores, ya que muchos utilizaron fotos retocadas o personas que simularon estar enfermas.

En este caso, se preguntaron si fue posible detectar enfermedad en quienes realmente no se sentían bien y si existieron diferencias entre mujeres y varones en esa capacidad.

En el centro del enfoque estuvo la expresión facial característica de las personas enfermas, que englobó signos como mirada caída, labios pálidos o debilidad.

El experimento contó con 280 estudiantes universitarios: mitad mujeres, mitad varones. Cada uno evaluó 24 fotos (cada persona retratada aparecía sana y enferma). Las imágenes solo mostraron el rostro, sin ningún elemento de fondo o contexto.

Luego, las autoras armaron una “variable latente de lasitud”, al sumar seis dimensiones para sintetizar la sensibilidad ante la enfermedad.

El equipo quería ver si los individuos enfermos de manera natural serían calificados como de aspecto enfermo, o como si tuvieran una expresión de lasitud, por otras personas y si el reconocimiento difería según el sexo.

El estudio puso a prueba dos explicaciones posibles: una es la “hipótesis del principal cuidador”, que relaciona la mayor sensibilidad femenina con el rol histórico de cuidado de niños y personas enfermas.

Utilizar rostros reales de personas enfermas y sanas fue clave: permitió probar que la sensibilidad observada no dependió de simulaciones o trucos, sino de una percepción afinada en situaciones cotidianas.

Una de las principales limitaciones del estudio fue que solo participaron jóvenes universitarios, por lo cual el resultado no se puede aplicar sin reservas a otras edades o contextos sociales.

El estudio concluyó que la diferencia hallada fue “pequeña, pero aun así estadísticamente significativa y consistente a lo largo del estudio”.

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