Miércoles 15 de Enero de 2025

12 de agosto de 2024

La enseñanza que le dejó París 2024 al deporte olímpico argentino: el proceso como antídoto para presupuestos pobres

Se cerraron los Juegos Olímpicos y las escasas medallas logradas por la Argentina muestran que una continuidad, más allá de las carencias presupuestarias, permiten avances a través del tiempo. El ejemplo de Las Leonas

>Antes que nada no hay simplificar la idea de lo difícil que es ganar una medalla para la Argentina, cuánto le costó a Las Leonas y cuánto les costó a los chicos del Nacra. Eso siempre hay que ponerlo en primer plano, porque si no vamos a idealizar eso de cuántas medallas vamos a ganar como si fuéramos China o Estados Unidos. Siempre lo hemos explicado con nombres. Ya sea el fútbol o Los Leones, Leonas o Básquet, Seba Crismanich y Paula Pareto, siempre ha sido difícil ganar una medalla, como es lógico. Para ejemplificar la diferencia con los países ganadores solo hay que ver festejar por caso al vóley de Estados Unidos cuando obtiene una medalla de bronce. Ahí te imaginás que para Estados Unidos una medalla de bronce en el contexto general es apenas un vuelto.

Por eso es necesario resaltar el proceso. Se hace necesario responder algunas preguntas: cómo se compensa, cómo se trata de equilibrar de algún modo la falta de inversión, la falta de cuidado, la falta de presupuesto, la oscilación de presupuestos, se cumplan o no con los planes de competencia. Es cierto que Las Leonas no hay torneo que no jueguen, no hay amistoso que no tengan, pero no por eso son gente que tenga resuelta su vida.

Esto no garantiza el triunfo, pero cuánto vale que desde el 2000 hasta hoy solamente una vez Argentina no pasó cuartos de final, y que cuando no pasó -que fue en Río de Janeiro 2016- tres meses después Las Leoncitas salieron campeones del mundo, y hay algunas que hoy son medallistas olímpicas. Ahí se está viendo una continuidad.

Argentina es número uno, dos, tres o, en el peor de los casos, cuatro del mundo desde hace mucho tiempo en el hockey. Y para eso mucho tiene que ver la explosión de Lucha Aymar y sus amigas que elevaron el nivel de exigencia en cuanto a disponer de infraestructura, de ladrillos, hoy tenés lugares absolutamente ignotos donde no hay un club de hockey, pero sí hay una canchita o una escuelita. Hay muchos clubes que no tienen hockey afiliado o en condiciones de competir regularmente pero tienen su escuelita para chiquitas que están empezando. Están los clubes más o menos tradicionales que en la línea inferiores tienen hasta 100 jugadoras inscriptas y lista de espera; no pueden aceptar más porque no les da la cantidad de profesores o de canchas para entrenar todas.

Con estos Juegos Olímpicos París 2024 cerrados, con pocas medallas para la Argentina, es necesario insistir que contra presupuestos escasos solo hay un antídoto: el proceso, más allá de cualquier disciplina.

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